Qué cansancio. Todo tan ambiguo. Gente que dice cosas y hace las contrarias.
El caso es que es un hecho conocido que los que mejor hablan son los actos. Es algo que permanece en el tiempo y el viento no se lleva.
Todo el mundo le saca brillo a las joyas. Pero respeto profundo, la verdad que hay poco.
Estoy cansado de ver cosas como la del fotógrafo, su artículo y la figuración. Aún sigo viendo imágenes de aquel día, que benefician a muy pocos y contribuyen a un deterioro creciente de un espacio único. El escenario era perfecto para la interpretación. Las consideraciones previas fueron nulas. Las consecuencias obvias. Pero ya no estaban allí para verlo, son cosas que no les afectan.
Yo no veo más que intereses materialistas alimentando el ego de algún pobre infortunado, pues bastante es ya su carga. Las empresas y su hambre de negocio llegan a los rincones más apartados, siempre cargados de necesidad. Obtienen sus beneficios a costa del trabajo desinteresado de personas con pasión verdadera y jugando con la ilusión de aquellos que buscan, abren, proyectan, investigan, proponen. Ellos van a la zaga.
Aquellos que creen que lo que cuento es hiperbólico, es que subestiman el poder de las imágenes. Cuidado.